Castigos correctivos con golpes: pérdida de la patria potestad

La Suprema Corte de Justicia (SCJN) declaró que el simple hecho de que se infrinjan golpes "leves" o nalgadas a un niño podría suponer la pérdida total de la patria potestad del mismo por parte de su padre o de su madre.

Comentan que la disciplina no debería llegar a estos extremos porque, si el niño tiene bases educacionales sólidas desde el hogar, en teoría no harían falta los golpes que son un signo de desesperación de los padres ante el comportamiento erróneo de los hijos.

De acuerdo con el Investigador Marín Plascencia González deberíamos hablar con los pequeños antes de golpear. Comenta que, si bien, no existe una fórmula correcta o probadamente efectiva para disciplinar a nuestros hijos de acuerdo a la "trasgresión" que hayan cometido, en ningún caso los golpes lograrán este objetivo.

"La nalgada es un golpe y punto. Y las formas de crianza al interior de la familia impactan sobre la naturalización de la violencia en los niños. Ellos aprenden lo que viven. Y lo que parenden es que las cosas se resuelven con golpes. Entonces, no nos quejemos del bullying."

Nashieli Ramírez Hernández

Directora de la organización Intervención Social Ririki

¿Qué es la disciplina?

Aunque quizá deberíamos preguntarnos primero ¿qué es la disciplina? Luis Felipe Gómez, Coordinador de la especialidad en Educación Cognoscitiva en el ITESO, dice que un niño disciplinado no es aquel que se está quietecito en un lugar, no habla no grita, hace todas y cada una de las cosas que le ordenamos, eso es un niño sumiso. Un niño disciplinado es dueño de él mismo, es capaz de fijarse metas e intentar alcanzarlas. Gómez comenta que la disciplina está fundamentada en tres partes: la primera posponer la recompensa, es decir, cumplir primero con nuestras obligaciones para después disfrutar del ocio (primero la tarea y luego salir a jugar).

La segunda es enfrentarnos a las dificultades que se nos presenten, en el momento justo. Esto ayudará a centrarnos en las soluciones antes que en los problemas. Y por último, tenemos que enseñarlos a ser responsables de sus actos, a aceptar cuando se equivocan, y, sobre todo, aprender de ello.

Ahora nos toca utilizar u otras herramientas para educar a nuestros hijos e implementar la disciplina en el hogar sin ninguna necesidad de llegar a los castigos correctivos a base de golpes, porque no es necesario y, ahora, es ilegal.